Temple Grandin

 

Temple Grandin fue diagnosticada con Autismo a los 4 años, y vive en ese momento, bajo un entorno en donde su madre, Eustacia niega esta condición. 

Temple demuestra ser una persona, que por fuera parece estar en otro mundo, no poniéndole atención a lo que se le diga, pero realmente por dentro, este persona demuestra un nivel de análisis del mundo totalmente diferente y avanzado. Su condición de autismo la lleva a ver todo desde un punto de vista más científico, analítico, lineal y fotográfico, haciendo de su mente un motor de impulso constante; definitivamente una manera de ver el mundo muy diferente. Las visiones que tiene pueden ser usadas tanto como bien, como para mal; por ejemplo, Temple no logra pasar por puertas automáticas, ya que al pasar cerca de estas, logra asociarlo a lo que el ganado atraviesa antes de ser sacrificado. Durante su vida, ella logra encontrar métodos para aliviar sus dolores o preocupaciones, aunque vistas de manera extraña por personas ajenas, ella lograr llenar sus “vacíos” por medio de ideas ingeniosas, como el aparato para abrazar. 

Su apoyo y determinación hacen que ella logre muchas metas en su vida, como terminar sus estudios, y lograr tener invenciones increíbles que cambiarán al sector ganadero. Temple crece y se gradúa en Arizona, un estado rural en donde ronda una sociedad negativa y machista. Ella comienza a trabajar en una finca ganadera en donde todos los trabajadores masculinos se burlaban de ella, primero no entender su condición y segundo por el simple hecho de ella ser una mujer, manteniendola en un ambiente hostil. La maldad no tenía límites y hacían lo imposible para bajarla, sabotearla y discriminarla para que no tuviera éxito.